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Electricidad y Células Madre: Una Vieja señal para Terapias nuevas

lunes, 29 de agosto de 2016

Electricidad y Células Madre: Una Vieja señal para Terapias nuevas

Electricidad y Células Madre: Una Vieja señal para Terapias nuevas
La estimulación eléctrica induce diferenciación miogénica en los fibroblastos dérmicos humanos.
Del laboratorio del Dr. Genovese: Luego de 12 horas de estimulación eléctrica de 12V in vitro (imagen derecha), los fibroblastos expresan las principales proteínas musculares: troponina cardíaca (verde), MyoD (manchas verdes en el núcleo azul) y connexin-43 (marron).
Las células madres son sensores sensibles capaces de detectar una multitud de cambios mínimos en su entorno. In vitro e in vivo, las células madres reaccionan a distintos estímulos migrando, dividiéndose, muriendo, cambiando su perfil secretorio y/o modificando su forma.
Todas estas acciones son la expresión detectable de la habilidad de las células madre de modificar rápida y específicamente su expresión genética. Esta modulación dramática de información genética y su traducción tiene como objetivo principal la restauración del funcionamiento normal en el área de una herida.
 La estimulación eléctrica es un factor trófico altamente conocido para distintos tipos de tejidos. Las corrientes bioeléctricas endógenas están involucradas en la función y  reparación normal de los tejidos. Canales iónicos específicos y bombas en las membranas celulares generan señales bioeléctricas. Esta acción es evidente en, pero no limitada a, el sistema nervioso y el tejido muscular. A pesar de que los mecanismos que subyacen a los efectos de los estímulos eléctricos no son totalmente comprendidos, es claro que afectan la proliferación celular, la hipertrofia y la apoptosis.
La estimulación eléctrica o Electroterapia es ampliamente aplicada en la medicina humana, especialmente en pacientes con desórdenes neuromusculares. La electricidad es usada en la Medicina de Rehabilitación debido a su habilidad de regenerar la función muscular a través de la inducción de generación de nuevos vasos sanguíneos –angiogénesis- y la promoción de la proliferación celular. De forma similar, el tratamiento eléctrico mejora la curación de cicatrices y la osteogénesis. Toda la información previa indica una clara participación de las células madre en este proceso regenerativo y la acción de la estimulación eléctrica en éstas.
El movimiento y el posicionamiento celular son dos componentes importantes en la regeneración, y las señales bioeléctricas correctas pueden enviar a las células de reparación a donde necesitan llegar. Las señales bioeléctricas pueden activar o desactivar la proliferación. Ellas pueden causar que los vasos sanguíneos crezcan, o detener abruptamente el suministro sanguíneo, como puede necesitarse en caso de desnutrir tumores cancerígenos. Ciertas señales bioeléctricas pueden incluso afectar la eliminación celular a través de una muerte celular programada. Los experimentos han demostrado la habilidad de la estimulación bioeléctrica de inducir o amentar la regeneración, que resulta ser nuestra área de investigación de mayor interés.

La estimulación eléctrica induce dramáticos cambios en la actividad de las células madre hacia un claro fenotipo de regeneración. Las corrientes eléctricas exógenas activan y movilizan células madre nerviosas in vitro e in vivo. La estimulación invasiva y la no invasiva del sistema nervioso central ha demostrado, tanto en modelos animales como en pacientes, la mejora de la neurogénesis y plasticidad celular.
Dependiendo de la intensidad de la estimulación que reciban, las células madre mesenquimales proliferan y modifican su fenotipo. Tratamientos a corto plazo permiten que las células madre se pre-diferencien a células cardíacas. El Tratamiento de precondicionamiento con electricidad promueve la supervivencia de las células madre post-trasplante, mejorando sus efectos benéficos. La estimulación eléctrica induce la producción de proteínas cardíacas que facilitan el injerto y la supervivencia celular. Esta acción no está limitada al corazón o a las células madre mesenquimales. Las células madre pluripotentes inducidas responden a la estimulación eléctrica de igual manera, y los fibroblastos, el tipo de célula principal del tejido conectivo, muestra una diferenciación similar.
La estimulación eléctrica actúa directa o indirectamente sobre las células madre. En un modelo de rata, donde los estímulos fueron aplicados a través de una cicatriz pos-infarto, un aumento en la presencia de células madre hematopoyéticas fue detectado. Estas células parecen estar asociadas con un aumento de los niveles de factor de crecimiento endotelial local y nuevas estructuras vasculares [5]. Actualmente aceptamos que las células asociadas a la pared de los vasos – pericitos – son la población de células madre mesenquimales más relevante. De esta forma, la estimulación eléctrica no solo induce la proliferación y diferenciación, sino también el reclutamiento de diferentes tipos de células madres en el área para reparar la lesión.
La electro-estimulación de andamios y/o construcciones de andamios celulares abre una nueva área en el desarrollo de la ingeniería de tejidos. Somos optimistas en que la combinación de señales físicas y bioquímicas con células madre y no madre puede acelerar la generación de tejidos artificiales, específicamente para el músculo cardíaco y esquelético. 
“Electroceuticales” es una palabra que abarca todos los aparatos médicos que emplean estimulación eléctrica para afectar y modificar funciones del cuerpo. En un futuro medicinal cercano, los aparatos electroceuticales en miniatura abrirán una nueva perspectiva. Muchos de estos aparatos actúan en células madre a través de mecanismos ya mencionados. Aplicados en la superficie del cuerpo o implantados en órganos blanco, producirán estímulos eléctricos específicos para modular el número de células madre, el grado de diferenciación, la actividad biológica e incluso la proliferación o supervivencia.
La electricidad y los aparatos electroceuticales parecen ser un método selectivo sin drogas para resolver un gran número de condiciones físicas. La regulación de la actividad del folículo capilar, la induccíon de la proliferación muscular en un aneurisma con una pared débil, la diferenciación de progenitores neurales luego de un derrame, o la inducción de la diferenciación de células madre del cancer son solo algunas de las aplicaciones y utilidades de esta impresionante herramienta terapéutica.
Aprendiendo a modular las señales bioeléctricas que controlan la regeneración promoviendo la expresión proteica, el reclutamiento de células madre, la diferenciación y proliferación celular, podríamos obtener un increíble conjunto de herramientas para la reparación de órganos en falla, no sólo para extender la vida sino para restaurar el bienestar con órganos regenerados completamente funcionales.


Jorge Genovese, M.D., Ph.D., es el presidente de HeartenBiotech y el director de la investigación sobre la estimulación eléctrica y regeneración en BioLeonhardt Inc. El Dr. Genovese obtuvo su M.D. and Ph.D. en la Universidad de Buenos Aires. Ha sido miembro honorario del McGowan Institute for Regenerative Medicine de la Universidad de Pittsburgh, donde fue Investigador Principal en  el Centro para Terapia Celular Cardíaca y el Laboratorio de Biología Molecular y Cardíaca. Fue Director del Laboratorio de Medicina Regenerativa Cardíaca en la División de Cirugía Cardíaca en la Universidad de Utah. El Dr. Genovese fue también Profesor de cardiocirugía invitado en la Universidad Campus Biomédico, en Roma.  El Dr. Genovese ha estado muy activo en la Sociedad Internacional de Ingenieria de Tejidos y Medicina Regenerativa (TERMIS), presidiendo numerosos comités y siendo en un término Vicepresidente del mismo. Es editor del Journal of Stem Cells, editor asociado del Frontiers in Stem Cells Journal, miembro del comité editorial del World Journal of Stem Cells, y miembro de la North American Veterinary Regenerative Medicine Association. El Dr. Genovese es un pionero en la Ingeniería de Tejidos en Latinoamérica, siendo el primero en la región en generar cultivo de queratinocitos en 1985, un aparato organotípico dermoepidérmico en 1998, y un aparato dermo-epidérmico modificado genéticamente en 2002, entre otros numerosos tejidos.
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